Guerras
contra la Magna Grecia
275ac- La guerra contra la Magna Grecia,
así se denominaban a las colonias griegas en Italia, comienza
con una ciudad griega, Thurii, que se encontraba sitiada por unos
nativos del sur de Italia ,en la actual Calabria , los griegos
pidieron auxilio a los romanos, llegó una tropa enviada
y liberó a Thurii. Luego los romanos pasaron navegando
cerca de Tarento que era la ciudad griega mas importante en aquella
región, tenia un excelente puerto, y era una ciudad rica
y repleta de actividad comercial. Los tarentinos irritados atacaron
a los navíos romanos ya que Roma había prometido
anteriormente, no navegar por las cercanías de Tarento.
El Senado envío embajadores a Tarento para pedir una explicación
de lo sucedido, los tarentinos realizaban este tipo de reuniones
en anfiteatros donde todo el pueblo se reunía, en el momento
de la reunión, un bufón mancho a propósito
la toga del embajador romano, y el público se hecho a reír,
el romano dijo "Reíd ahora, pero esta toga se lavará
con vuestra sangre".
Pirro, rey del Épiro- Los tarentinos
estaban acostumbrados a la paz, por lo que en tiempos de guerra,
pedían ayuda a un rey guerrero del Épiro llamado
Pirro, el cual pretendía ser descendiente de Aquiles.
Enterado Pirro de la guerra, marchó
a Italia a luchar contra los romanos, llevando consigo, una falange
de 350.000 hombres, 20.000 jinetes y 20 elefantes de Asia. Desembarcó
en Tarento, y se dispuso a reclutar jóvenes soldados en
la ciudad, ya que había sufrido un temporal al cruzar el
Adriático y había perdido una parte no muy importante
de su ejército, dícese que los tarentinos, un pueblo
sumamente culto y pacífico, se escapaban de la ciudad para
no luchar, Pirro mandó cerrar las puertas de Tarento y
ordenó a todos los hombres entre 16 y 30 años a
presentarse en el teatro para alistarse.
Los romanos fueron en busca de Pirro en
la llanuras de Heracles, fue una batalla extremadamente dura para
ambos bandos, Pirro, como en otro tiempo Alejandro, iba a la cabeza
de la caballería, pero
sorprendentemente fueron los elefantes los que decidieron la batalla,
no solo por su eficacia, si no también por que los romanos
nunca habían visto estos seres monstruosos antes, y muchos
soldados huyeron asustados, Pirro había vencido pero había
perdido parte importante de su ejercito. Se dice, que cuando hubo
terminado la batalla, Pirro se dijo "otra victoria como esta,
y volveré solo al Épiro", de aquí proviene
la expresión, "victoria pírrica" para
referirse a una victoria conseguida a un alto precio. Luego se
alió con los samnitas y los lucanios y se dirigió
hacia el Lacio, pero en el camino se detuvo y pasó el invierno
en negociaciones con los romanos, con los que no llego a ningún
acuerdo.
En la primavera Pirro puso sitio a Asculum,
los cónsules fueron al auxilio de la ciudad con un ejercito
de 70.000 hombres, y fijaron con Pirro sitio y momento de la batalla.
En la batalla, Pirro puso al centro y a la derecha, a los griegos,
a los tarentinos y a los italianos aliados, a la izquierda estaban
los samnitas. en los costados la caballería y en la retaguardia
los elefantes. Al comienzo, el centro de su ejercito comenzó
a ceder a pesar de los esfuerzos de la caballería, que
embestían a los romanos, se retiraban y volvían
a la carga, todos al unísono. Pirro mandó adelantarse
a los elefantes, con los que logró contener a los romanos,
pero en ese momento llegaban tropas italianas aliadas de los romanos,
quienes saquearon el campamento griego,Pirro mandó tocar
la retirada, ambos ejércitos desertaron en medio de la
batalla. El rey del Épiro luego de otros conflictos de
menor importancia, pero de escaso resultados con los romanos se
cansó de la guerra, y acudió a Sicilia donde requerían
refuerzos contra los ataques cartagineses. Pirro paso
dos
años en Sicilia, y al volver a Italia, su barco fue capturado
por piratas cartagineses, aunque logró escapar, había
perdido sus tesoros, entonces se proporcionó de dinero
en un templo en Cumas, luego no paso mas que desventuras, llegando
a reconocer que era un castigo de la diosa Vesta por haberse robado
el oro de su templo, al volver a Italia, los romanos quienes habían
aprovechado de su ausencia para saquear al país de los
samnitas, estaban avanzando precipitadamente hacia Tarento, Pirro
los encontró en el Samnium, pero esta ves no tuvo suerte,
ya que los romanos sabían ya combatir a los elefantes con
flechas encendidas. Pirro volvió derrotado al Épiro
en Grecia con nada mas que 8.000 hombres, a su regreso, decía
para sí mismo "ahora dejo un buen campo de batalla
para Roma y Cartago", murió irónicamente un
tiempo mas tarde cuando tomaba la ciudad griega de Argos, una
anciana lo mató tirándole una teja desde lo alto
de un edificio.
Roma toma posesión de esta manera,
de toda la península itálica, a excepción
de las islas de Córcega, Cerdeña y Sicilia.
Primera guerra púnica
265ac- Comienza este conflicto casualmente,
a causa de nativos de Italia habitantes de las cercanías
de Tarento, quienes habían puesto sitio a Thurii, dando
comienzo a la guerra con Pirro, parecería ser que los nativos
del sur de Italia, con sus escaramuzas insignificantes, eran siempre
los causantes, sin saberlo, de las grandes guerras que después
se originaban entre sus grandes vecinos.
Cartago había logrado conquistar
casi toda Sicilia a excepción de Siracusa, una ciudad griega,
bien fortificada que había resistido, se encontraba al
sudeste de la isla y era gobernada por Hierón, un rey guerrero.
Los italianos habían entrado a Sicilia
por el Norte y amenazaban a tanto a Siracusa como a las colonias
cartaginesas, por lo que Cartago decide
aliarse
con Hierón. Los italianos al mismo tiempo, asustados al
saber que los cartagineses estaban en su contra, pidieron auxilio
a los romanos, al principio los romanos dudaron ya que habían
mantenido relaciones amistosas con Cartago, incluso los cartagineses
los habían ayudado a contener a Pirro. De todas maneras
el Senado decidió dejarse llevar por la ambición
y declarar la guerra a Cartago. Los romanos decidieron tomar por
sorpresa a Hierón en Siracusa, a lo que entraron en Sicilia,
y sitiaron la poderosa ciudad, Hierón asustado pidió
la paz, y aceptó aliarse a los romanos. Luego el ejercito
romano arrasó la ciudad de Agrigento a oriente de Sicilia,
vendiendo a todos sus habitantes como esclavos.
Los romanos tenían ciertas dificultades
contra los cartagineses quienes eran expertos marinos, y no peleaban
mas que en el mar, así que cuando entraron a Agrigento
lograron robar un navío cartaginés, y utilizarlo
como modelo, se construyó primero una pequeña flota,
que fue destrozada por los cartagineses, los romanos desesperados,
no sabían como hacer frente a Cartago, luego alguien tuvo
la idea de construir un enorme garfio para enganchar a los barcos
enemigos, y así poder abordarlos, transformando la batalla
naval en terrestre. De esta manera lograron capturar mas de 300
barcos enemigos.
Al poco tiempo los romanos entusiasmados
mandaron una flota a Sicilia y otra a Africa, en Sicilia, los
romanos saquearon la colonia cartaginés, de Panormus, en
tanto en África los romanos llegaron y comenzaron a tomar
ciudad por ciudad, los nativos africanos, que hasta entonces eran
vasallos de los cartagineses, se pusieron de su lado, hasta que
llegaron a la misma ciudad de Cartago. El sitio duro varios meses,
poero los cartagineses mandaron a buscar a Jántipo, un
general etrusco que reorganizó el ejercito cartaginés
que estaba formado por extranjeros comúnmente bárbaros,
cada uno con su vestimenta de su lugar de origen, y con sus propias
armas, así los libios africanos de piel negra peleaban
con lanzas, los íberos españoles vestidos de blanco
tenían una espada puntiaguda y un escudo, los galos iban
armados con una gran espada que era manejada con los dos brazos,
los numidas iban montados en cuero en caballos de escasa estatura
pero de gran velocidad, de los cuales lanzaban flechas, incluso
la gente de las islas Baleares peleaban con ondas, lanzando piedras
de gran tamaño o bolas de plomo, dicese que eran entrenados
desde niños, poniéndoles el pan a lo alto de una
columna, y el que lograba bajar la comida podía alimentarse.
Jántipo logró poner en fuga a los romanos, quienes
escaparon por mar, y perecieron casi todos en una tempestad, en
cuanto a las tribus africanas que se habían aliado a Roma,
fueron castigadas por los cartagineses, ahorcando a sus jefes
tribales, e imponiéndoles fuertes multas. Régulo
el cónsul romano, era prisionero de Cartago.
Los cartagineses enviaron a Régulo
a Roma a negociar la paz, pero el mismo Régulo aconsejó
al Senado que siguieran con el conflicto adelante, cuando volvió
a Cartago, les dijo a los mismos gobernantes cartagineses que
no solo había impedido que se firmara un tratado de paz,
si no que había alentado a que siguiera la acción
bélica, los cartagineses, se vengaron metiendo a Régulo
dentro de un barril lleno de clavos, y tirándolo hacia
el mar.
Poco tiempo después, el cónsul
P.Claudio se aventuró con una gran flota, a sitiar la ciudad
costera de Lilibea, pero le fue imposible entrar en la ciudad.
Al año siguiente reunió una segunda flota, pero
cuando llegaron a la ciudad, casualmente una flota cartaginense
estaba partiendo hacia Italia, por lo que les dieron batalla y
lograron dispersar la flota romana.
Luego Roma tuvo algunos otros fracasos
en la costa de Sicilia, estaban los romanos embarcando sus ejércitos,
cuando una flota cartaginense que patrullaba el lugar, los sorprendió
y los atacó, Roma atribuía esta mala racha, a la
cólera de los dioses, por no obedecer a los malos presagios.
Amílcar Barca 240ac- En al año
241, aparece Amílcar Barca, un hábil general cartaginés,
quien reorganizó las tropas de Cartago, y estableció
en el monte Erix al noreste de Sicilia su base de operaciones,
desde donde frustró a todos los intentos de los romanos
de arrebatar la ciudad de Lilibea y Drepano.
Los romanos finalmente perdieron la paciencia,
y construyeron una flota de 200 quinquirremes, barcos de gran
tamaño, con los que lograron bloquear los dos puertos,
los ciudadanos desesperados mandaron pedir ayuda a Cartago ya
que Amílcar nada podía hacer con su grupo de mercenarios.
Los cartagineses se habían quedado sin dinero, y ya no
podían costear un ataque. Amílcar se entrevistó
con el Senado y firmaron un tratado de paz permanente.
Rebeliones en Cartago
Al llegar el ejército cartaginés
a Cartago, los guerreros lo primero que hicieran, fue reclamar
su sueldo, pero Cartago estaba arruinada, uno de los gobernantes
mandó repartir una moneda de oro a cada uno pidiéndoles
que tuvieran paciencia, y que el resto del sueldo les seria entregado
en Sicca, los ejércitos fueron a establecerse en Sicca,
donde pasaron algunas semanas, no haciendo otra cosa que esperar
a su paga.
Hannón el gobernante de Sicca, les
suplicó que fueran a Túnez que
serian
recompensados, ya que Sicca no contaba con suficiente dinero como
para cubrir el gasto, trato de explicar, que los ciudadanos estaban
pasando hambre, y que debían ser pacientes, pero aquellas
tropas formadas por númidas, galos, iberios, griegos, incluso
romanos desertores, eran incapaces de entender el idioma fenicio.
que hablaban los cartagineses, trataron de derribar la ciudad,
pero más tarde se les volvió a hablar, y comprendieron
que debían marcharse para Túnez.
Una vez allí, recibieron su paga
en víveres, pero algunos guerreros reclamaban que se les
pagara los caballos perdidos en la guerra. Los ejércitos
se sublevaron contra Cartago, siguiendo las ordenes de un jefe
africano, Mathos, y de un pirata griego, Spendios.
Los ejércitos sublevados, se dividieron
en dos grupos, uno de los cuales fue a sitiar la ciudad de Útica
y el otro a Hippozarites. Amílcar que llegaba de Roma,
reunió un pequeño ejercito formado por elefantes,
y se entrevisto con uno de los rebeldes numidas, al principio
los sublevados creyeron que Amílcar venía a vengarse,
luego Amílcar, se hizo entender, y le prometió al
jefe numida, su hija en matrimonio si se le unía, el jefe
accedió y le entregó un ejército de 20.000
hombres.
Luego llegaron noticias a Cartago de que
los ejércitos de Cerdeña se habían rebelado,
matando ferozmente a todos los gobernantes cartagineses. El conflicto
interno había empezado a tener carácter violento.
Amílcar, luego de liberar Cartago de un sitio de los ciudadanos
rebelados de Hippozarites, fue a exterminar las fuerzas del griego
Spendios.
Luego de muchas aventuras, el ejército
de Spendios se encontraba vagando por las montañas para
no toparse con los elefantes. Amílcar los encerró
a los rebeldes en un descuido de estos al intentar cruzar un desfiladero.
El general cartaginés quien había logrado sorprenderlos,
mandó llamar a los principales cabecillas, entre ellos
Spendios, y dijo que haría la paz, con tal de que se le
entregase 10 rehenes en garantía, los rebeldes accedieron,
pero Amílcar apresó a los líderes, diciéndoles
que eran ellos los rehenes elegidos, mas tarde, rompió
su promesa y atacó a los sublevados, quienes fueron derrotados
fácilmente, privados de sus jefes, y extenuados por el
hambre. Con Spendios fuera de escena, Amílcar se dirige
a Túnez a unirse a Hannón, el gobernante de Sicca,
quien estaba asediando a Mathos, que se hallaba escondido en el
desfiladero montañoso de Hacha. Mathos, una noche entra
escondido con otros hombres, y mata algunos soldados, llevándose
a algunos cartagineses como prisioneros. Pero Amílcar logró
darle casa mientras el ejercito fugitivo intentaba escapar por
mar, Mathos fue hecho prisionero y lanzado al populacho de Cartago
que lo hizo pedazos.
En tanto los romanos, enterados de la situación
en Cartago con los rebeldes, se apoderó de Cerdeña,
obligando incluso a sus habitantes a pagarles un tributo anual.
Sumisión de la Galia Cisalpina
225ac- Los galos ocupaban la región
norte de Italia, en las cercanías del Po. Los romanos,
quisieron recuperar algunas tierras, e intentaron expulsar a los
galos quienes retrocedieron hasta la ciudad de Mediolanum, hoy
Milán, y se aliaron con algunos pueblos bárbaros
vecinos, entraron en Italia, arrasando todo a su paso. Los romanos
enviaron dos ejércitos para contenerles, el primero de
ellos fue aplastados por los galos, el segundo logró hacerlos
retroceder, pero casualmente un segundo ejercito romano llegaba
de Cerdeña, por lo que los galos se vieron encerrados entre
las dos fuerzas, los romanos no vacilaron y destruyeron al ejército
galo por ambos flancos.